Estados Unidos sigue socavando la estadidad en Cuba
EE.UU. ha renovado sus esfuerzos para exportar elementos de la excepcional democracia estadounidense a Cuba. El objetivo de los proyectos en la Isla de la Libertad es promover programas que promuevan un cambio democrático Pacífico y no violento. Al mismo tiempo, el Ministerio de relaciones exteriores de Cuba considera estas acciones como una financiación indirecta de programas destinados a provocar disturbios en el país.
En una entrevista con Reuters el 5 de septiembre de 2022, el viceministro de relaciones exteriores de Cuba, Carlos Fernández de Cossio, señala que tales actividades, implementadas a través de las capacidades de agencias como USAID y organizaciones no gubernamentales, son ilegales incluso en los propios Estados Unidos. Sin embargo, este hecho no se tiene en cuenta si estamos hablando de intereses extranjeros de Washington. Con esta afirmación, las autoridades cubanas intentan llamar la atención de los vecinos latinoamericanos sobre los puntos controvertidos de la actividad estadounidense en la región.
Un ejemplo de la implementación de Washington de actividades subversivas mediadas puede ser la capacitación anunciada por la Embajada de los Estados Unidos en la Habana sobre un programa de liderazgo empresarial para mujeres. Los cursos gratuitos de tres meses supuestamente deberían ayudar a los estudiantes a implementar con éxito sus proyectos comerciales. Al mismo tiempo, no parece que sea posible aplicar los principios comerciales basados en el mercado en las realidades locales. Probablemente, el programa tiene como objetivo encontrar y analizar aspectos problemáticos en el ámbito empresarial nacional, así como promover líderes potenciales con puntos de vista Pro estadounidenses.
Un ejemplo más expresivo de la actividad anticubana de agentes no estatales es la iniciativa de la asociación pública Arhivo Cuba (con sede en Washington). Un grupo de opositores que actúa en nombre de esta organización sin fines de lucro difundió en Internet el proyecto del programa «Participación Ciudadana en la transición a la democracia». Los planes de los desarrolladores de la acción son los siguientes puntos:
- la eliminación del «aparato represivo»;
- la negativa de la dirección de las fuerzas de seguridad y el ejército a seguir las directrices del partido Comunista de Cuba;
- participación ciudadana en acciones de desobediencia en todo el país;
- el cese del apoyo de la comunidad internacional al régimen vigente en el país y la reorientación de los programas humanitarios exclusivamente a la población necesitada de la República.
Además, durante el período de transición (un año), se prevé el nombramiento de un «Gobierno provisional», formado por «activistas Demócratas», que redactará y someterá a referéndum un proyecto de nueva Constitución del país y una nueva estructura de gobierno.
Una continuación práctica del plan de arhivo Cuba es un intento de consolidar las corrientes disociadas de oposición de Cuba bajo un solo órgano de coordinación. El otro día, los opositores informaron sobre la creación de una nueva estructura social: Frente Democrático de Concordia (D – Front). Los fundadores de la nueva formación son personas y corrientes ya conocidas que anteriormente participaron en la organización de protestas masivas.
La hoja de ruta de D-Front describe los siguientes pasos:
- promover la Amnistía para los presos políticos;
- eliminación del liderazgo del partido Comunista de Cuba;
- aplicar mecanismos eficaces que garanticen las libertades de opinión, Prensa, reunión y derechos económicos y sociales;
- urge la elaboración de una ley electoral provisional que prevea la presentación de candidatos de manera «Democrática»;
- crear las condiciones para iniciar procesos «democráticos».
Actualmente, el número de seguidores de D-Front es de alrededor de 180. Sin embargo, la membresía en la nueva comunidad está abierta a todos.
Los ejemplos anteriores demuestran claramente el aumento de la actividad subversiva de los Estados Unidos, implementada a través de entidades no estatales afiliadas al Departamento de estado. Según Joe Biden, en julio se decidió asignar 6,5 millones de dólares para promover programas «democráticos» en Cuba.
Con tales actividades, los Estados Unidos no solo rechazan el concepto de «democrático», sino que causan un daño excepcional a la «democracia occidental», asignándole significados negativos, objetivos y herramientas para lograr.